Queer and the city

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miércoles, junio 29, 2011

10 Razones para no llamarlo MATRIMONIO

Quiero aclarar, que al matrimonio al que me refiero es al de Ana Botella.
Pues no debería estar casada ni llamarse matrimonio.
Por ello quiero dar 10 sencillas razones para argumentarlo.

1) Ana Botella, opina que el primer problema es llamar matrimonio a algo que no lo es desde su definición hasta su desarrollo. Y estoy de acuerdo. Porque si los maricones no nos podemos casar, tampoco debería poder hacerlo los negros, ni los inmigrantes sin papeles en general, ni nadie que no sea de raza aria o tenga el RH-, y puestos a prohibir, tampoco las personas que no pasaran un test psicológico que otorgase la capacidad de poder mantenerlo durante el resto de su vida, pues hay matrimonios que apenas duran 1 mes, y claro está, que para ser apto en este test lo más importante, como en el matrimonio, es el alto nivel de tolerancia, pues muchas cosas han de pasar durante la etapa matrimonial y uno tiene que desarrollar esta capacidad. El problema es pues que si Ana Botella no es tolerante con todos estos grupos citados anteriormente, incluidos los homosexuales, ¡perdon! maricones que suena menos apto, lesbianas, etc, ¿como puede ser ella APTA para tener un matrimonio?

2) La cuestión es dificil de dilucidar, pues el problema muchas veces es saber si alguien es hombre o mujer, pera o pero, perdón, manzana o manzano, o quizá debería decir Ana Botella o Ano Botello. ¿Pues quien me dice a mi que después de la ley de protección de datos, no era Ana, Ano, y se casó con un tío igual que él. Claro, que esto entraría dentro del grupo de tolerancia a los transexuales. Otra razón más para no dejarla casarse, por si acaso es TRANSEXUAL!

3) Ana Botella, tiene razón la cuestión está en el nombre, no en el sexo. Por eso no deberían casarse "2 tíos o 2 tias". Pero eso tiene fácil solución, pues con que uno de los dos cónyujes se cambie de nombre, y María pase a llamarse Mario ya está. No hace falta que se cambie la palabra matrimonio a matrimonia.

4) Pero si lo que queremos es darle un nuevo significado a algo, entonces es justo escoger una nueva palabra y quitar matrimonio del diccionario, pues no se ajusta a lo que propone Ana Botella ni la sociedad actual más plural. Es mejor, que todos los que estaban casados ya sean heterosexuales u homosexuales pasen a ser otra cosa, que no sea matrimonio. Y como la ley la ha inspirado "la Botella", ¡que se llame Botellón!

5) Por otro lado podría resultar, que Ana Botella sea lesbiana, en tal caso no debería tener derecho a casarse. Pero no con otra mujer, sino con ninguna persona, ¿porque que resultado saldría de que Ana Botella, fuera lesbiana y se casase con un hombre maricón? Creo que llegados a este punto Ana Botella ha de demostrar que no es lesbiana y que su marido no es maricón. Pues al fin y al cabo sería llamar a las cosas por un nombre que no són. Quizá estaríamos llamando a una lesbiana heterosexual, y a un maricón heterosexual también, ¡Y NO SON LA MISMA COSA!

6) El siguiente punto son los hijos, pues claro, al no llamarse matrimonio, la ley de adopciones queda anulada de la sencilla manera en que ahora está. Pero es que ¡Ana Botella también debería instaurar una ley de capacitación para ser padres!!! Donde claro está, ella no entraría debido al famoso test de tolerancia antes citado. ¡Pues que educación tan poco tolerante les iba a dar a sus hijos! Y peor aun si encima estos le salen maricones o bolleras!! ¿No estaría su madre admitiendo el error de haber fallado tanto al parir como al educarles encontra de lo que son? Además, se sabe que muchos padres biológicos han fallado ya, pues siendo heterosexuales les han salido homosexuales, y por otro lado hijos de padres homosexuales han salido heterosexuales, así que algo falla en el nombre de padres también.

7) Deberíamos mirar pues los antecesores de Ana Botella para saber si ha habido un maricón o bollera en su familia alguna vez. Y como la respuesta es si por estadística y por antecesores. Pues no cabe duda, Ana Botella procede de una familia de maricones y bolleras, por lo tanto NO ES APTA PARA NADA, pues su educación está viciada por todos sus antecedentes históricos, que seguro fueron mezclas de negros en sus orígenes, homosexuales, inmigrantes, y otra gente de "mal calaña".

8) Puestos a retroceder, creo que la propuesta de Ana Botella debería ir mucho más allá, anulando los derechos adquiridos de muchas otras personas!!!, no solo de los gays al matrimonio. Empezando por los derechos de la mujer, ¡que deberían estar en la cocina fregando y no diciendo chorradas sobre leyes que no entienden!¡ ¿Que se puede esperar de las mujeres!¿Verdad? Lo malo sería que además de mujer fuese lesbiana, entonces si que conseguíamos quitarle todos los derechos y mandarla a un país árabe, así con un poco de suerte, no tendría que llamarle matrimonio sino adulterio. Con las consecuencias que eso traería. Pero muerto el perro...

9) Y puestos a quitarles derechos a la gente y nombres, que tal si decimos que ahora todo el mundo que está casado deja de estarlo porque ¡¡¡ANA BOTELLA LO DICE!!! Menudo "pifostio" se iba a montar tanto jurídicamente, como administrativamente, socialmente, políticamente y ya no digamos en cuanto a leyes de herencias y pensiones de viudedad!!! que se las quiten a todos!!! Por fin la norma definitiva para ahorrar unos cuartos. Y claro está... si les quitamos el matrimonio, también los hijos y la patria-potestad (1) sería solo para los padres.
¡Quitémoles los hijos a sus madres!

(1) "Existía, en la Roma antigua, un poder absoluto e indefinido (Patria potestas, en latín)
EXCLUSIVO DEL PADRE (pater familiae) sobre los hijos".

NO MADRES!!! (He aquí una buena evolución del lenguaje)

10) En algo ha sabido a ciencia cierta destacar el porqué no debe llamarse matrimonio Ana Botella. Es muy sencillo, porque a ella le sale del... partido político. Así gana la atención, se habla de ella, se habla de su partido, produce revuelo social, y subir en el índice de popularidad. Pues al fin, esto no es más que una nueva manipulación política, cargada de un tinte altamente egocéntrico, con un toque de ambición y por su puesto, un alto grado de Xenofobia, racismo e intolerancia.

Por todo ello propongo que a lo de Ana Botella no se le pueda llamar matrimonio.

Y dicho lo cual... que nos dejen un poquito en paz, que nosotros no nos metemos con nadie, por desgracia solo nos defendemos de las agresiones constantes y censurantes a nivel social, político e histórico.

Las leyes están para servir al pueblo. Y ésta LEY DE MATRIMONIOS no perjudica a nadie por existir; solamente beneficia a personas. ¿Porque quitarla entonces? Con un poco de suerte hasta volverá más tolerante a los heterosexuales y más felices a los demás.
(Incluso a la Botella, por muy bruja que sea y hable del futuro)